Por Miguel Angel Polanco Báez
Cada minuto nacen en el mundo aproximadamente 250 personas y fallecen otras 105. El dato nos muestra una sobrevivencia en dicho lapso de alrededor de 150 seres humanos.
Multiplique dicha cifra por hora, día, mes y año y tendrá por conclusión el crecimiento de la humanidad a corto, mediano y largo plazos.
Según, organismos internacionales que estudian el crecimiento demográfico mundial, en pocos años, las personas -en sentido global- verán reducir significativamente su demanda alimentaria, precipitando una situación de hambruna generalizada.
Eso quiere decir, en buena filología, que estaremos abocados a una tragedia mundial de per-vivencia, si -hoy y de urgencia- no se ponen los correctivos demandantes.
Y todo debe empezar en poner a producir la tierra a gran escala, creando los abastos necesarios, de buena calidad y a bajos costos.
De lo contrario, sería un genocidio colectivo en nombre del derecho a sobrevivir…
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Maestro Manzueta: explíquele a la presente generación de comunicadores sociales que sin una profunda investigación, cimentada en factores simbióticos de fuentes y herramientas informativas, jamás habría “un juicio crítico de opinión” que merezca la consideración de toda una sociedad…
Explíquele Sr. Manzueta a los “sabi-hondos del periodismo moderno” que de nada sirve la instrumentación cibernética de último momento -con su velocidad, avances tecnológicos y diversidad de conocimientos, si no se construyen ideas oportunas y ajustadas a rituales éticos.
Eso es lo que necesita el ejercicio de un buen periodismo en República dominicana. Hago la sugerencia, a propósito de la efemérides del Día del Periodista, el pasado 5 de los corrientes…
Agregue su comentario particular maestro Manzuela…Hágalo como “gladiador” de una comunicación puritana, surgido de la “vieja escuela de formación” y de la que sigo aún sus pautas…
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Es inocultable que el país vive en los actuales momentos una “neurosis social” que puede desencadenar una reacción colectiva de “malos augurios”.
Los dominicanos, comen caro y malo, y en casi un 90% se acuestan con hambre. Es decir, no ingieren las raciones calóricas necesarias que garanticen un buen metabolismo orgánico.
La mayoría de la gente depende al día de sólo dos comidas y a veces de una. Y, por cierto, no en cantidades deseadas.
Esta situación es fruto de las precariedades que a sumido el gobierno a toda la sociedad.
Un gobierno que, con casi 800,000 millones de pesos en su presupuesto anual, no pueda satisfacer los imperativos sociales más clamorosos, principalmente los propiamente humanos, como la alimentación y la salud, se convierte en un “sistema fracasado” que debemos desmontar por las vías
Hasta pronto, amigos lectores
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