Por Miguel Angel Polanco
La fama internacional que registra el país, respecto de su categorizacion en "calidad ciudadana", hace pensar en una re-edición del Estado en todos sus quintiles.
Somos una nación "tan degradada" que nuestra valoración se ubica muy por debajo de la media en la región, según los barómetros acreditados en la zona.
Los principios fundamentales de que somos acreedores los dominicanos han sido barridos por "anti-valores" promovidos desde los desgobiernos
de las últimas décadas.
Se han perdido las virtudes que nos ofrendaban una pura identidad de "patria noble, moralista, trabajadora y buenos hábitos".
Estamos de último lugares en casi todos los campos de la vida del país, cogiendo muy malas notas.
Lamentablemente este país hay que refundirlo como enarbola un notable dirigente político.
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